Instalación de terma solar
La instalación de una terma solar es un proceso que requiere de una planificación adecuada y de un personal cualificado. Una terma solar es un sistema que aprovecha la energía del sol para calentar el agua que se utiliza en el hogar, lo que supone un ahorro económico y una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
La instalación de una terma solar consta de los siguientes pasos:
Elegir el tipo de terma solar adecuado según las características de la vivienda, el clima, el consumo de agua caliente y el presupuesto disponible. Existen dos tipos principales de termas solares: las de circuito abierto y las de circuito cerrado. Las primeras son más sencillas y económicas, pero pueden sufrir daños por heladas o sobrecalentamiento. Las segundas son más complejas y costosas, pero ofrecen mayor protección y rendimiento.
Seleccionar el lugar idóneo para ubicar la terma solar, teniendo en cuenta la orientación, la inclinación, la sombra y el espacio disponible. Lo ideal es que la terma solar esté orientada hacia el sur (en el hemisferio sur) o hacia el norte (en el hemisferio norte), con una inclinación de entre 15 y 45 grados respecto a la horizontal, sin obstáculos que proyecten sombra sobre ella y con suficiente espacio para alojar el colector solar y el tanque de almacenamiento.
Realizar las conexiones hidráulicas y eléctricas necesarias para integrar la terma solar con el sistema de agua potable y el sistema eléctrico de la vivienda. Esto implica conectar las tuberías de entrada y salida de agua entre el colector solar, el tanque de almacenamiento y los puntos de consumo, así como instalar una válvula de seguridad, un termómetro, un manómetro y un sistema de control. También se debe conectar el sistema eléctrico de la terma solar con el interruptor diferencial y el protector térmico correspondientes.
Llenar el circuito de agua de la terma solar y purgar el aire que pueda haber quedado atrapado en las tuberías. Para ello, se debe abrir la llave de paso del agua fría y dejar que circule por todo el circuito hasta que salga agua por la llave de purga. Luego, se debe cerrar la llave de purga y verificar que no haya fugas ni goteos.
Poner en marcha la terma solar y comprobar su funcionamiento. Se debe encender el sistema eléctrico y verificar que el controlador indique la temperatura del agua en el colector y en el tanque, así como que active la resistencia eléctrica cuando sea necesario para mantener el agua caliente. También se debe abrir un grifo de agua caliente y comprobar que salga a una temperatura adecuada y con un caudal suficiente.
Realizar un mantenimiento periódico de la terma solar para asegurar su óptimo rendimiento y alargar su vida útil. Esto implica limpiar el colector solar cada cierto tiempo para eliminar el polvo o las hojas que puedan reducir su eficiencia, revisar las conexiones hidráulicas y eléctricas para detectar posibles fugas o averías, cambiar el ánodo de sacrificio del tanque cada dos años para evitar la corrosión, vaciar el circuito de agua en caso de heladas o ausencias prolongadas y consultar con un profesional ante cualquier anomalía o duda.